CONFERENCIA DE ESPECIALISTA ARGENTINO
(Por María Laura Riba, desde La Habana, para momarandu.com) Gustavo Canzobre, director del Hogar de India en Argentina, ofreció en Cuba una charla sobre la manera espiritual que tiene la India de enfrentar la vida. Momarandu.com estuvo allí y propone compartir un poco de esa fascinación.
Hablar de la India en unas breves líneas sería irrespetuoso; sin embargo, aproximarnos a una pequeña porción de su inmensa espiritualidad es algo que nos ayudará a comprender el modo de vivir indio, su actitud frente a la vida. Por eso propongo adentrarnos en esa espiritualidad a través de las palabras del especialista sobre la India, el argentino Gustavo Canzobre, quien habló sobre este país de grandes contradicciones y mágicas leyendas, país donde un árbol puede ser un gurú o la brisa un mensaje.
Un aula del Instituto Superior Ecuménico de Ciencias de las Religiones de La Habana fue el escenario donde la habilidad oratoria de Gustavo Canzobre se volvió hechizo.
-¿Qué saben de la India?, comenzó por preguntar Canzobre, y luego de un brevísimo silencio surgió ese algo sobre la India: sus películas -cabe recordar que son los principales productores de cine del mundo-; el escritor Tagore; por supuesto, Mahatma Ghandi; el Yoga; la meditación -que, por definición, es trascendental-; el sistema de castas; el Bhagavad Gita… Finalmente alguien señaló “el río sagrado Ganges”. Y en ese instante se inició el encanto.
Canzobres entonces explicó que en la India los ríos son femeninos, son “madres” porque son dadores de vida. “En India todos los lugares sagrados están junto a un río”, indicó.
Al decir del especialista argentino, este “acercamiento a lo que es la religión de la India o la tradición de la India o la India en sí misma” posee caminos de historias que atraviesan la propia Historia del país: “La palabra India resuena en distintos ámbitos de la vida, en distintos intereses”, comentó.
“Cuando uno comienza a relacionarse con algo de India se da cuenta de que es el país de las historias, de las fábulas, de los cuentos. Gran parte de todos los cuentos tradicionales que conocemos provienen directamente de la India o de la cultura musulmana que, a su vez, los trajo de India. Y, en el lenguaje de las historias, van a ver que la India es capaz de presentarnos ese océano de la vida; las historias son como esos envases a través de los cuales India llega hasta nosotros. Y dentro de toda esa diversidad de historias -a veces esas historias son muy raras, muy contrastantes- siempre tienen una profundidad particular. Dentro de todo esto podemos encontrar el rasgo propio, distintivo de ese país, de esa cultura, aquello que es su gran contribución al gran concierto de la humanidad”, explicó Gustavo Canzobre ante un auditorio que lo escuchaba en un silencio respetuoso y ávido por continuar atendiéndolo.
UN DIOS TRAVIESO QUE CANTA Y TOCA LA FLAUTA
Los Vedas y Ramayanas son dos de los grandes textos de enseñanzas y “a lo largo de todas ellas hay algo común a todo lo que la India desarrolla, que es su visión unitaria de la vida que está contenida, quizás, en una de las palabras principales de la India que es la palabra Yoga”, explicó Canzobre.
Entonces allí hizo un paréntesis para indicar que “por más que nosotros asociamos la palabra yoga a alguien que está sentado haciendo ciertos ejercicios con su cuerpo; sin embargo, la palabra yoga no significa solo eso. A tal punto no es solo eso, que toda la enseñanza de India contenida en el libro Bhagavad Gita, que se traduce como el canto del Señor, es porque los indios creen que si el Señor tiene que enseñarles, lo tiene que hacer cantando”. Cabe recordar que el Yoga plantea que mediante la práctica de ciertas disciplinas, el ser humano puede alcanzar la liberación de las limitaciones de la carne, el engaño de los sentidos y las trampas del pensamiento y, por tanto, alcanzar la unión con el auténtico conocimiento. Tal unión, de acuerdo con su doctrina, es el único camino verdadero de entendimiento.
En el Bhagavad Gita, “el Señor, para irreverencia de algunos, es un cantante, es un flautista, es un pastor, es un travieso. Dentro de la India creen que Dios aparece en el curso de la Historia a lo largo del tiempo, no una sola vez sino que aparece cada vez que la cultura humana pierde el rumbo”, comentó el especialista, e inmediatamente contó: “El Bhagavad Gita, en particular en el capítulo IV, dice: En cada oportunidad en que la justicia decae y la injusticia parece tomar el rumbo de los asuntos humanos, aparezco para proteger a los débiles, para separar a los injustos y restablecer el imperio de la verdad y de la justicia. Y entonces codifican a lo largo de su historia distintas apariciones, el descenso, como lo llaman, de Dios”.
Canzobre explicó que, para los indios, Dios “desciende e irrumpe dentro del tiempo para volver a recordarnos ciertas cosas”.
Y recordar, en la India, no es un mero acordarse de algo sino que “es un país del recuerdo, pero no del recuerdo porque viva en el pasado sino porque la palabra recordar quiere decir: volver al corazón. La vida es impulso, impulso hacia fuera, la vida es centrífuga y, sin embargo, nosotros, los hombres, buscamos en medio de todo eso, no olvidar ciertas cosas para no perder el rumbo. Porque el corazón es ese centro que nos va guiando a lo largo del camino para no perder la orientación, desde dónde sale el sol, porque orientarse es saber dónde está el oriente y saber dónde está el oriente es saber cómo hago para buscar la luz, para que se me vuelvan claras las cosas en la vida”.
En la India existe una lucha contra el olvido, “es una cultura que, por sobre todas las cosas, trata de gestar todos los medios para no olvidar”. Es así que nos enteramos mediante el especialista argentino, que “uno camina por los pueblos de India y ve que se están contando permanentemente las historias, y en la televisión se están contando las historias y en las danzas y en las ejecuciones musicales se cuentan las historias y, a través de esto, uno no olvida los principios”. Esos principios que son la razón fundamental del recuerdo indio.
SIEMPRE SONRIENDO
En el Bhagavad Gita, de todos esos descensos que Dios va haciendo a lo largo de la Historia, se dice que hay uno que es la aparición más perfecta, no por más sabia ni más profunda sino porque es la que demostró más claramente cómo Dios es la fuente de la vida. Cuando Dios aparece, toda la vida toma alegría. “La India contagia, es uno de esos países o una cultura -porque es mucho más que un país- que cuando uno la conoce, ya sea físicamente porque llega a ella o a través de un libro o una película, no puede permanecer indiferente. A veces nos contagia grandes alegrías, a veces nos muestra muchos contrastes y nos moviliza para pensar, pero si hay una cosa que contagia, es esa noción de alegría que siente el indio en relación a eso que llama Dios. Y esa alegría no es porque la esté pasando bien y no tenga problemas”, aclaró el director del Hogar de India en la Argentina.
En ese momento se hizo un silencio y el especialista buscó en su mente una historia, más precisamente, la historia de una foto que conmueve. Gustavo Canzobre contó: “Hay un fotógrafo muy famoso mundialmente, el que se hizo muy famoso en la guerra de Afganistán por la foto que sacó a una mujer afgana…Él es muy amante de la India y tiene una serie de fotos y hay una muy grande que se llama Tailor (sastre) que muestra una cara de un anciano con barba blanca…o tal vez sea una persona joven, pero sometida a condiciones muy difíciles de vida…la verdad es que uno lo mira y parece un anciano, está casi pelado y tiene la barba rala. Sin embargo tiene una sonrisa de oreja a oreja que es uno de los signos característicos de India. Este hombre tiene sobre uno de sus hombros una máquina de coser Singer, la lleva con una sonrisa tan plena…y cuando uno sigue viendo la foto, uno ve que tiene el agua al cuello. Ese hombre, ese sastre, está rescatando de una inundación lo único que pudo sacar de su casa, que fue la máquina. Y uno lo mira y se pregunta: ¿De qué se está riendo? Nos genera un contraste tan increíble…pero esta sonrisa con que la India enfrenta las dificultades -porque ese hombre tiene que empezar todo de nuevo- está tomando esa sabiduría que tiene: si hay que empezar todo de nuevo entonces empecémoslo sonriendo”.
Además, señaló, “este tailor tiene esa certeza de que le pase lo que le pase, no está solo. La certeza de que allí, en medio de esa inundación, está rescatando su gran bien. ¿De dónde le viene esa sonrisa, ese Dios travieso que es Krishna? La aparición de este Dios, de ese Perfecto, transmite que si estamos en contacto con Dios la vida es alegre, aun en sus dificultades.
UN LOTO DE MIL PÉTALOS
¿Y que es Dios para los indios? Pues, “es un loto de mil pétalos. No hay lotos de mil pétalos, pero eso quiere decir que ese Dios, que es un loto, siempre tiene otro pétalo para mostrarnos, siempre tiene otra manera para ser. Los Indios dicen que Dios tiene 330 millones maneras de aparecerse, con lo cual quiere decir todas y también quiere decir ninguna; es todas y, a la vez, es más que todas y, a la vez, es ese con el cual cada uno se va a relacionar y con el cual cada palabra va a hacer un puente para tratar de entender ese silencio en el que no solo con Dios uno se comunica mejor sino, también, los hombres nos comunicamos mejor”, explicó el especialista argentino.
Asimismo señaló que “esa gran enseñanza que India tiene, este Dios travieso es quitar esa seriedad mental que, a veces, nos bloquea y nos impide comunicarnos y, por eso, es que en la India los libros sagrados se cantan. Primero se escriben en poemas, luego se cantan”, comenta Canzobre.
EL ARTE DE ESCUCHAR
La ‘escucha’ es considerada en India la “actitud fundamental ante la vida; la escucha es el primer paso del discipulado, la escucha es el primer paso que el quiere aprender un arte tiene que transitar; es lo primero que cualquier maestro en India le va a pedir a un discípulo. La escucha no quiere decir que lo escuche, quiere decir que despierte dentro de ti una actitud de apertura; es un acto que no es sencillo porque dentro de nuestra cabeza tenemos muchas radios prendidas, muchas estaciones de televisión, canales que se van mezclando unos con otros. La escucha es fundamental porque es lo que nos va a permitir volvernos receptivos a lo que la vida tiene para enseñarnos, a los mensajes que Dios nos envía permanentemente”, insistió el especialista.
Asimismo recalcó que “en la India, el Universo es el ‘decir’ de Dios; es un ‘algo’ que Dios pronunció y pronuncia y sigue siendo algo a escuchar. Si pudiéramos aprender solo lo que enseña un árbol podríamos encontrar la clave de la vida, pero evidentemente nos resulta más interesante aprender cómo funcionan los celulares y tantas otras cosas que también son maravillosas, pero, a veces, cuando estamos solos en el alma, no encontramos la solución a ciertos problemas porque nos faltan ciertas respuestas centrales”.
Es por eso que el especialista vuelve sobre la idea de que para ‘la escucha’ hace falta “un poco de alegría y hace falta sembrar la alegría, porque lo que no es la alegría viene solo; el dolor, la tristeza, la oscuridad… ¿para qué buscarlas si vienen solas? En la India dicen que tenemos un tesoro dentro nuestro que hemos olvidado, y toda la enseñanza, eso que se llama yoga, es ese esfuerzo por reunirnos con ese árbol que está dentro de nuestro ser y descubrir que debajo de ese árbol hay un gran tesoro”.
De esta charla ante un público expectante, quedó la esencia india, aquella que nos dice que “la vida humana es un gran periplo por el Universo hasta que retornamos a las fuentes; somos capaces de descubrir que en nuestra propia casa, en nuestro propio corazón; en esta casa, en este corazón, está el gran tesoro a descubrir. Es esa confianza ilimitada que tiene el indio, aun en situaciones muy difíciles de la vida; el indio confía en que detrás de cada circunstancia, de la más auspiciosa y de la más dificultosa, está la sabiduría del Señor esperándonos, sin importarle cómo cada uno lo concibe”.