El Papa Francisco “renunció” este martes al obispo de Kansas City, en Estados Unidos, monseñor Robert Finn, que en su país fue condenado a dos años bajo libertad vigilada por haber protegido con el silencio durante seis meses a un cura pedófilo de su diócesis que había realizado fotos pornográficas de decenas de niñas y niños en una escuela parroquial.
El cura abusador, en cuya computadora se encontraron centenares de fotos de nenas desnudas, es el padre Sawn Rattigan, que fue condenado a medio siglo de cárcel por la justicia estadounidense.
El obispo Finn, de 62 años, confesó que no había señalado los abusos sexuales, específicamente de pornografía infantil. El Vaticano había ordenado una investigación tras el proceso judicial en Kansas.
Jorge Bergoglio aceptó la renuncia de Finn en base al Código de Derecho Canónico, que hace obligatoria la dimisión “por causa grave”. Hasta ahora el pontífice no comentó el tema. Anne Barret Doyle, dirigente de un sitio de Internet que denuncia los abusos de los sacerdotes, señaló en una declaración que la dimisión del obispo de Kansas es bienvenida. Pero pidió a Francisco que
se pronuncie públicamente sobre el hecho de que el obispo fue retirado del cargo por actuar erróneamente y por no proteger a los nenes.
El obispo Finn es el eclesiástico de mayor rango condenado en Estados Unidos por omisión de denuncia en casos de pedofilia.
La acción del cura pederasta fue descubierta y denunciada por un técnico de computadoras al que el padre Rattigan llevó la suya para que la reparara. El técnico descubrió que el disco rígido estaba lleno de imágenes pornográficas infantiles tomadas por el mismo sacerdote.
El obispo de Kansas fue puesto al tanto de inmediato pero durante seis meses no informó a los organismos de la diócesis y a la policía, lo que
le permitió a Rattigan continuar a acumular fotos porno de los chicos.
Una semana después de que monseñor Finn se decidiera a hacer la denuncia, el padre Rattigan fue arrestado, procesado y condenado a 50 años de prisión.
Monseñor Finn reconoció sus culpas en mayo de 2011 y pidió perdón pero no dimitió, anunciando medidas para hacer la diócesis “más segura para los niños”. El arzobispo de Boston, cardenal Sean O’Mailley, el principal asesor del Papa en los casos de abusos sexuales, dijo públicamente que era necesario que Francisco “aborde con urgencia el caso Finn”.
El cardenal O’Mailley debió hacer una limpieza moral a fondo en la arquidiócesis de Boston, una de las principales de EEE.UU., tras el mayúsculo escándalo que envolvió en el desprestigo total a su predecesor, el cardenal Bernard Law, acusado en 2002 de haber protegido a varios curas pedófilos bajo su jurisdicción.
Para “salvarlo de la cárcel”, como opinó una parte de la prensa norteamericana, la Santa Sede trasladó al cardenal Law al Vaticano, donde aún reside.
El año pasado Francisco envió a un arzobispo canadiense, monseñor Terrence Prendergast, arzobispo de Otawa, para investigar el papel que había jugado el obispo de Kansas, en medio de las protestas de organizaciones católicas por el mantenimiento en su cargo de monseñor Finn.
Fuente Clarin