🎤 Entrevista: El Poder Sanador del Mahamantra en Instituciones Especiales

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ISKCON News: El trabajo que realizan es profundamente inspirador. Cuéntenos, ¿cómo estructuran una sesión típica para introducir el Mahamantra a los chicos y lograr esa conexión inicial?

Caitanya Priya: Empezamos, como siempre, de forma muy suave, entrando en una meditación para que se familiaricen. Nos presentamos, hablamos de la ropa [haciendo referencia a las vestimentas tradicionales], de lo que hacemos, de lo que comemos, de lo que rezamos. Luego, Govinda comienza a tocar la flauta de forma muy suave.


IN: Menciona una meditación muy particular y breve. ¿Podrías detallarnos ese momento de conexión interior?

Caitanya: Hacemos una meditación muy cortita, en cosa de minutos. Les pedimos que conecten con su corazón, explicándoles que ahí está Dios en la forma de Paramatma [la Superalma]. Les decimos que toquen, que sientan el latido de su corazón y que vayan repitiendo el Mahamantra mentalmente, que vayan calmándose. Luego, subimos los brazos, tocamos los pies de Krishna de manera simbólica y bajamos toda esa energía hacia nosotros.


IN: Después de esa introducción y meditación, el ambiente debe estar más relajado. ¿Cómo logran que los chicos comiencen a pronunciar el mantra en voz alta?

Caitanya: Luego hacemos un juego que tenemos preparado. Solemos tocar distintas partes del cuerpo asociándolas con las palabras clave: la cabeza es “Hare”, el corazón es “Krishna”, y las piernas son “Rama”. Cada vez que yo toco la cabeza, dicen “Hare”, si toco el corazón, dicen “Krishna”, y si toco las piernas, dicen “Rama”. Es divertido, pero el fin es que digan estos sagrados nombres en voz alta. Después ya los cantamos, empezamos tocando las cabezas, el corazón y las piernas, y después nos paramos y bailamos.


IN: Una experiencia tan intensa como el baile y el canto puede ser agitadora. ¿Cómo finalizan la sesión?

C: Después de vivir esta experiencia maravillosa, hacemos un centramiento para “bajar” esa energía, porque si no quedan demasiado agitados y eso no les sirve a las maestras. Los relajamos antes de terminar.


IN: Ustedes trabajan con chicos que tienen necesidades especiales, lo que presenta desafíos únicos. ¿Qué tipo de transformaciones han observado en los niños, especialmente en aquellos que llegan con más resistencia o dificultad?

Caitanya: Como experiencia, es muy lindo. Es muy lindo ver que llegan algunos muy enojados porque son muy desconfiados, o por la patología que tienen, como sentir voces que los hacen desconfiar. Luego, cómo se entregan al Mahamantra, cómo sonríen, cómo cantan. Hay otros, como los chicos con síndrome de Down, que ya llegan sonriendo, con cierta confianza, y después bailan y cantan. No exigimos pronunciación ni nada.


IN: Recuérdanos alguna anécdota que ilustre el impacto profundo del mantra en un caso particular.

Caitanya: En una oportunidad, había un chico que veía demonios. Cada tanto se levantaba a golpearlos. En un momento le dije, “Juan, este mantra es más poderoso que tus puños. Vas a poder matar a todos esos demonios. Es más, te van a tener tanto miedo que no van a aparecer más”. Él lo pronunció entre labios medios cerrados y después estaba sonriendo. Le pregunté: “¿Los viste? ¿Viste que ya no aparecieron más?” Él, con esa sonrisa, me dijo: “Sí, ya no están“. Me abrazó tan fuerte y con tanto agradecimiento que me conmovió profundamente.


IN: Más allá de la alegría de los chicos, este trabajo debe ser muy purificador para ustedes. ¿Qué les deja personalmente a los “sankirtaneros” [distribuidores del canto del Santo Nombre]?

Caitanya: Nos deja una enseñanza y un agradecimiento total. Primero a Srila Prabhupada, por habernos traído este conocimiento. Que podamos gracias a él haber acercado el conocimiento del Mahamantra a un lugar, a una institución ahí escondida en Godoy Cruz, y haber podido compartirlo… no tiene palabras…
Y después, las maestras también nos dejan sus aprendizajes. Hemos ido anteriormente, y ellas nos cuentan que siguen trabajando con el Mahamantra porque los chicos quedan tan emocionados que preguntan: “Seño, ¿cómo es? ¿Cómo se escribe?” Se lo quieren llevar con ellos. Es muy gratificante, y es muy purificador para nosotros, para los que vamos a repartir el Santo Nombre.
Por último no quiero dejar de mencionar y agradecer, que en esta ocasión contamos con un equipo de lindos devotos, Madre Gauri y su hijo Krishna Balaram y Bhakta Pablo.