Bhakti-marga swami caminando por amor a Dios...

“Tuve ganas de salir a caminar”

Dentro de ISKCON

De visita en Buenos Aires, El Monje Caminate cuenta cómo la caminata puede guiar hacia la divinidad. Viene de una travesía de 8.500 km, en la que recorrió Canadá de este a oeste.

“Me sentía bajo la influencia de rahu, en la astrología védica, un planeta particularmente sombrío y lleno de ira y frustración. En principio, busqué refugio en un ashram, una gran comunidad de monjes en Canadá, y observando a los religiosos y siguiendo su rutina nació en mí la necesidad de vivir de otra manera, de encontrar un horizonte espiritual”, recuerda Bhakti Marga Swami, “The walking monk”, el monje caminante Hare Krishna que llegó a Buenos Aires después de completar su cuarta travesía andando a través del Canadá, 8.500 kms de este a oeste.

“¿Por qué caminar? Los propios monjes me dieron la idea. Ellos emprendían largas marchas por caminos de tierra para purificarse, encontrarse a sí mismos, conocer gente y poder acercarse a los demás. Pero había un segundo motivo: corría 1996 y se cumplían cien años del nacimiento de mi maestro, Bhaktivedanta Swami Prabhupada, que había nacido en Calcuta, India, el 1º de septiembre de 1896.

Bhakti Marga Swami en un monje de la orden de vida Sannyasi (renunciante)
Bhakti Marga Swami en un monje de la orden de vida Sannyasi (renunciante)

Bhakti Marga Swami, John Peter Vis, su nombre original, nació el 5 de octubre de 1952, en Toronto, Canadá. En el campus de la universidad donde estudiaba Artes Plásticas conoció grupos religiosos que lo pusieron en contacto con el que sería su maestro, Swami Prabhupada, creador del movimiento Hare Krishna, y de ISKCON (International Society for Krishna Consciousness) Sociedad Internacional para la Conciencia de Krishna. Además, traductor importante de obras clásicas como el Bhagavad-Gita.

Bhakti Marga Swami siguió los pasos de su maestro y, actualmente, es un líder del movimiento. También, instructor de bhakti-yoga, de kirtan o yoga del canto, y de danza interactiva. Reconocido mundialmente como autor y director de obras de teatro moral.

¿Cómo ve el mundo de hoy?

Veo un mundo polarizado. Por un lado, zozobra, gentes desconcertadas luchando con interrogantes aparentemente insolubles en su vida. Un horizonte incierto donde se ha roto la unidad familiar y se han perdido valores que ayudaban a vivir. Como consecuencia, nace un gran vacío interior que crece y que muchos tratan de llenar infructuosamente con el alcohol, las drogas o tantas otras formas de escape. Pero, por otro lado, veo muchas personas que se están abriendo a nuevos horizontes espirituales. Gente que busca y logra encontrar la luz ¡y eso es realmente estimulante! El escritor estadounidense Mark Twain, que conocía la India, solía decir que el Este era el Este y el Oeste era el Oeste. Y que nunca se iban a juntar…pero creo que estaba equivocado.

¿Cuál es su idea?

Pienso que las dos culturas pueden aprender, la una de la otra. Volver a rescatar ese concepto profundo y liberador que dice que yo no soy mi cuerpo. Que soy mi alma, el espíritu que está dentro de mi cuerpo. Cuando se logra recuperar ese principio estamos preparados para alcanzar relaciones más profundas y duraderas. Lograr la paz, la solidaridad, la alegría de vivir. Encontrar niveles superadores donde se unen los contrarios para crear lo nuevo. Desde hace siglos, los grandes sabios de la India concluyeron que para remediar el malestar social, la gente debía buscar espacios para reunirse, dialogar, cantar y bailar, incluso intercambiar alimentos preparados con amor.

¿Un ejercicio para que el hombre medio se acerque a la divinidad?

Diariamente camino entre 7 y 8 horas, pero eso es un extremo. En realidad, el valor principal de la caminata es utilizarla como medio para encontrar la divinidad. Comenzamos la marcha y miramos a nuestro alrededor tratando de descubrir lo sagrado en todo lo que encontramos a nuestro paso. Entonces, poco a poco, el paisaje se transforma, el tiempo parece detenerse y lentamente vamos construyendo un mundo cuyo protagonista principal es la divinidad”, concluye el monje caminante.

Genios, gigantes y la lámpara de Aladino

Entre enero y abril de 1896, Mark Twain visitó la India. Estas son algunas de sus impresiones rescatadas de su carnet de viaje: “India, la tierra de los sueños y el romance, de la fabulosa riqueza y de la pobreza fabulosa, del esplendor y los harapos, de palacios y chozas, del hambre y la peste, de genios, gigantes y la lámpara de Aladino. De tigres y elefantes, la cobra y la selva. El país de un centenar de países y un centenar de lenguas, de las mil religiones y de dos millones de dioses. Cuna de la raza humana, lugar de nacimiento del lenguaje humano, la madre de la historia, la abuela de la leyenda, la bisabuela de la tradición…”
Más información, www.thewalkingmonk.org ;bhaktimargaswami@gmail.com ; mathuradd@gmail.com

Por Luis Aubele para Clarín Buena Vida
http://www.clarin.com/buena-vida/espiritualidad/Caminata_0_1037896724.html